Voy aprendiendo como funciona esto de los raids. Una de las primeras cosas que me quedó clara es que nunca hay que desaprovechar ni una ducha ni un wáter, porque nunca sabes cuánto tiempo va a pasar hasta que te encuentres con el siguiente. Aunque te de pereza, aunque no hayan ganas, merece la pena hacer el esfuerzo…
Otra cosa que he aprendido es que con esta gente no hay tiempo para nada, así que si quieres hacer algo más que ir de paquete dentro del coche dando tumbos.., hay que aprovechar para hacer cosas cuando están durmiendo, y duermen poco.
Carmen y yo nos hemos levantado de noche para ver amanecer sobre las dunas, y eso nos ha permitido conocer a Mbarek. Él había madrugado más que nosotras para venir andando desde Hassi Labied y esperarnos frente a la terraza del hotel. A nosotras, o a cualquiera que como nosotras quisiese ver amanecer sobre la arena.
Nos ha explicado que tanto él como otros compañeros se ganan la vida ejerciendo como guías, no cobran nada, sólo esperan que durante la visita les des la oportunidad de mostrarte el material que llevan en su mochila, y claro, que además les compres.
Hemos estado hablando un buen rato con él y con otro compañero igual de amable. Mientrás Mbarek le explicaba a Carmen que no sabía exactamente cuántos años tenía, que su abuela era argelina, también bereber y que siempre habían vivido en el desierto. Su compañero me ha dado un curso intensivo de bereber, he aprendido a decir gracias, salud, y mellizos. Porque entre otras cosas hemos hablado de nuestras familias.
Mbarek le ha explicado a Carmen que el tipo de turismo como el de la Maroc Challenge les ha permitido instalarse en Labied, ganarse la vida. Aunque también nos ha confesado que no todos los vecinos comparten su opinión, especialmente porque los vehículos rompen sistemáticamente el intrincado sistema de conducción de aguas que existe bajo las dunas y que les permite cultivar.
Su compañero me ha mostrado como identificar las marcas que deja sobre la arena la fauna del desierto: escarabajos, culebras (aunque ahora ya están aletargadas por el frío) y también me ha mostrado las madrigueras de los zorros del desierto. Me lo ha contado orgulloso, exactamente como quien muestra lo suyo, lo propio, lo que estima.
Les hemos hablado de nuestro proyecto de El Begaa y nos han dado su opinión. Y curiosamente la compartimos. Es cierto que la población aquí tiene muchas carencias básicas, es cierto que las personas que venimos como turistas ayudamos cubriéndolas, pero también es verdad que la relación que se ha creado entre unas y otras no es la más constructiva.
No es bueno que los de fuera no seamos capaces de mirar a los ojos a los de dentro, ni que desconfiemos, ni que no nos reconozcamos en ellos, ni que nos comportemos aquí como no lo haríamos allí. Tampoco es bueno que los de aquí tampoco nos miren a los ojos porque nos ven como un monedero, quizás porque nos comportamos como un monedero y los monederos no tienen ojos, tienen monedas.
Carmen y yo hemos sido honestas desde el principio, no llevábamos dinero, no queríamos comprar y aún así, Mbarek y su compañero han decidido compartir su tiempo con nosotras.
Nosotras hoy hemos mirado a los ojos a dos personas, y ellas también nos han mirado a los ojos. Nos hemos sentado juntos, hemos hablado de nosotras y de ellos, de nuestras familias, nos hemos sorprendido porque nosotras parecemos más jóvenes y ellos más viejos. Y nos han regalado un refrán bereber, se puede ser hermanos de distinta madre.
Todo esto lo cuento, porque sé que muchos de vosotros os habéis sentido decepcionados con la entrega de material en El Begaa. Porque lo hemos entregado directamente al maestro, porque os hemos negado la oportunidad de entregarlo personalmente a un niño o a una niña, porque hemos antepuesto otras cuestiones a las fotos y los vídeos.
En fin, hoy hemos aprendido otra cosa más, aunque ya la intuíamos. No podemos mirarnos a los ojos a la vez cien adultos de allí y cincuenta niños de aquí. Y menos aún con caramelos en las manos. Hay que ganarse las miradas con las manos vacías, sin ruido, sin cámaras.
Y el resto: las cajas y cajas cargadas de libretas, de cuadernos, de lápices, de gomas, de sacapuntas, de compases, de juegos de reglas, de tizas, de balones, de juegos de mesa, de juguetes, de ropa, de zapatos, etc.., con las que habéis cargado tres días vuestros maleteros, vuestros asientos y vuestras vacas aún sabiendo que esto dificultaba vuestra participación. Todo ese material que hoy hemos dejado en El Begaa, esto es otra cosa: es una aportación solidaria a una escuela que hacemos de forma desinteresada, sin esperar nada a cambio, sin contraprestaciones.
Para quienes habéis dejado vuestro material en el hotel, aprovechamos para contaros que Ibrahim,el gerente del hotel Kanz Erremal se ha ofrecido para distribuirlo. Nos ha propuesto llevarlo a poblados alejados de Merzouga, fuera de los circuitos turísticos. El material escolar se entregará directamente en las escuelas, y la ropa, zapatos y juguetes se distribuirán entre campamentos de familias nómadas. Os transcribo los nombres para que lo sepáis: Dumlhadj, Lkhrawiaa, Merdani, Hbdjhan, Tinsrdmine, Tamzyidate, familia nómada Amejoude, familia nómada Znigue y familia nómada Amerbouh.
Para todos y todas los que nos habéis desbordado de material, gracias.
Nos comprometemos a intentar mejorar, a indagar en nuevos proyectos, a buscar más fórmulas que os permitan llevar material gráfico para vuestros patrocinadores, a ahondar en los contactos que hemos realizado estos días (Javier Setien, Moha, Mbarek) a abusar de su ofrecimiento para sacarles toda la información necesaria para hacer crecer este proyecto tal y como lo imaginamos.
Y sobre todas las cosas, y pese a esto es un raid, pese a que vais contra reloj, pese a que hay quien no para ni a comer, y pese a que hay quien no llega a tiempo ni de dormir.., os invitamos a que aprovechéis esta aventura para vivir otra incluso más intensa, más valiente y auténtica: la de mirar a los ojos al otro, la de permitirle que os mire a los ojos. La de encontrar en Marruecos un hermano de otra madre.
Etapa Merzouga-El Begaa
Comentaris
Una resposta a «Etapa Merzouga-El Begaa»
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Helena, qué conmovedoras tus palabras!
Realmente alentadoras, motivadoras.
La parte mejor de la aventura que previsiblemente emprenderé en diciembre de este año, junto a mis hermanos.
Será un placer der concerte, si es que también te apuntas!
Un abrazo!
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