Pues ya lo he dicho, eso, que no me gusta Agadir.
Me cambia el humor nada más llegar, es cierto. Aprovecho para pedir perdón a mis compañeros y compañeras de viaje: Lo siento… Es que no lo puedo evitar, si es que hasta había paella en la carta del camping… y no me hagáis hablar más, que hasta doy nombres de comensales…
A lo largo de estos días mucha gente me ha dicho que soy afortunada, que veo siempre el vaso medio lleno, incluso me han preguntado si es una pose o una actitud.
Os saco de dudas: es una actitud. Soy optimista por naturaleza, y eso a que vine a este mundo con fórceps, pero no os equivoquéis, no soy una ingenua.
Claro que en Marruecos no todo es de color de rosa. Pero vamos, lo sé yo y lo sabéis vosotros, Marruecos es de color ámbar, rojo, azul, amarillo, lila, de mil verdes diferentes, es negro y puede ser de un negro muy oscuro.
Hay muchas cosas que no me gustan de Marruecos.
No me gusta Agadir, ya lo he dicho. Tampoco me gustan Torrevieja ni Oropesa del Mar. Perdón a los tres, es sólo una opinión.
No me gusta que se pueda fumar en todas partes. Lo siento, no fumo, y me encanta el olor a menta, a clavo, a jengibre… Ya os vale a los fumadores, que os habéis desquitado en Marruecos.
No me gustan los servicios públicos de este país, ¿a quién si? Aunque tampoco me pilla de nuevas, tengo 37 años y recuerdo perfectamente la letrina en casa de mi tío Andreu y mi tía Pepa. Entonces tendría cuatro o cinco años y me daba tanto miedo que prefería hacer pis en el bancal, y ahora en Marruecos también.
Por cierto, también he de decir que hemos estado en campings y hoteles con wáteres que a nuestra llegada estaban impolutos y hay que ver en que estado los dejábamos aquí los expertos en sanitarios. Que vamos, me sigo quedando con el bancal…
Y ahora que caigo.., ¿no podríais haberos ido a fumar en los servicios rememorando vuestros tiempos mozos? Fíjate que ahí incluso hubiese agradecido el olor a tabaco…
Hay muchas imágenes que me duelen de Marruecos.
Me duelen los campos sembrados de bolsas de plástico que anuncian la entrada a las ciudades. Y también que Sales, desde el coche escoba de la organización, fuese recogiendo los envases y deshechos que algunos equipos dejaban olvidados.
Me duelen las mujeres a pié deslomadas de leña y recipientes con agua, mientras los hombres montan en burro sin carga.
Me duelen las mujeres ocultas tras las ventanas, tras la ropa tendida, tras su ropa.
Me duelen las niñas que cargan con bebés a sus espaldas. Me pregunto si cuándo las obsequiamos con muñecas las verán como un juguete, o como una carga más.
Hay muchas cosas que no me gustan de Marruecos, y la mayoría está más cerca de lo que nos gustaría. No se lo he preguntado nunca, pero seguramente mi madre necesitó en su día el permiso de mi abuelo o de mi padre para sacarse el permiso de conducir o para abrir una cuenta a su nombre.
Ya os lo he dicho antes, soy optimista por convicción, así que no os voy a contar más cosas que no me gustan de Marruecos. Espero que pronto formen parte de un pasado cercano, tan cercano como el nuestro.
Eso sí, insisto ¡no me gusta Agadir¡ Y Carmen y yo vamos de paquete. Así que por favor: que alguien nos saqué de aquí…
¿Alguien me copia? Repito ¿Alguien me copia?
Etapa Ourzazate-Agadir. No me gusta Agadir
Comentaris
Una resposta a «Etapa Ourzazate-Agadir. No me gusta Agadir»
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Hasta 1981 las mujeres no podiamos solicitar el pasaporte sin el permiso del marido , ni tampoco , como bien dices, abrir una cta. corriente en un banco, ni sacarte el permiso de conducir. Parece que está a años luz pero solo hace 31 años.
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