Mec mec

¿Qué podría salir si uniésemos banca y naturadora? ¿Un crédito a bajo interés? (nunca cae esa breva…) ¿Un extraterrestre? ¡Bingo!

Mec Mec llegó del planeta Ñam para ayudarnos a luchar contra el cambio climático y nos costó sudor y lágrimas traerlo hasta la Tierra. Para conseguir su pasaporte casi tenemos que hablar con el Ministerio del Exterior.

Pero Mec Mec también es el proyecto que más lejos ha llegado y del que nos han llovido más historias. Hemos recibido anécdotas y felicitaciones desde el País Vasco, desde Madrid, desde Murcia y además de gente importante, toda con menos de 8 años. 

Y no es por presumir, es porque creemos en lo que hacemos. Dentro de unos años habrá una generación de personitas humanas que no dirá “Yo fui a un concierto de Dylan”, dirá “Yo también conocí a Mec Mec”.  Para entonces, Mec Mec tendrá 3 abuelas estupendas.

Idear una actividad de educación ambiental para escolares de 3 a 8 años te permite pensar a lo grande, sin límites, como hacen ellos. Tuvimos la suerte de tener al lado a Juantxo, que también natura y, como nosotras, cincuenta horas de tirón y hasta donde haga falta. ¡Gracietes Juantxo!

Había que estar a la altura. Por eso procuramos pensar en todo.
La actividad se ofrece mediante un folleto informativo a los centros escolares.

El profesorado recibe una guía didáctica para motivar y preparar a los escolares. En ella se incluye, entre otras cosas, una carta de un extraterrestre pidiendo su ayuda para salvar al planeta Tierra de un humo apestoso y advirtiéndoles de su próxima visita. También hay recursos para introducir la problemática del cambio climático, tanto para infantil como para primaria.

Cuando  Mec Mec aterriza en el cole es ya de la familia. Cuenta a la clase lo que ve desde su planeta, las ideas que tiene para ayudar y les pide nuevas propuestas. Además, en su maleta trae regalos para todos y todas: un cuento ilustrado chulísimo y una careta para colorear. El compromiso es firme y nos consta que las personitas humanas bajitas lo asumen a rajatabla, y sus progenitores, por ende también.

Y por si queda algún escéptico, ¡por supuesto que Mec Mec existe y que come calcetines! Es un misterio si es chico o chica, donde aparca su nave espacial, pero mucha gente coincide en que ha ido tomando un acento murcianico muy salado… Curioso, ¿no?